martes, 28 de mayo de 2013

La Familia

Una muy antigua institución, la mas antigua en nuestra existencia y que en estos tiempos esta atravesando por el peor de sus momentos.
El hombre nómada por excelencia en sus inicios, se fue organizando y haciendo su entorno menos salvaje y solitario, adoptando como manera de vida, el pertenecer a un núcleo.
El clan del hombre, ese en el que escogió como a acompañante a la mujer. Para procrear, organizar y formar a sus descendientes.
Con esto el hombre se hacia mas fuerte y menos vulnerable ante la agresividad del mundo, que siempre lo había amenazado, cuando era victima de su propia soledad.
Este sistema de vida en grupo, hizo que nuestra raza humana sobreviviera hasta nuestros días.
Todas las etnias, religiones, culturas y especies mamiferas, lo entendieron así, la sola manera de ser mas fuerte, era solo esa.
Actualmente, nuestra especie esta intentando ensayar una nueva formula o mejor dicho; regresar al punto de partida. Al individualismo y la soledad. Prisionero de sus propios inventos, todo un anacoreta de la modernidad, el nuevo troglodita de la sibernètica.
Sin cavernas y sin harapos, pero con el alma desnuda, transparente y lánguida. Sediento de tener. Mirando al mundo a la distancia en una pantalla de ordenador, de manera virtual, sin tacto ni olfato, sin sentido y por si fuera poco: procreando a distancia; por correo electrónico y quizás sin llegar a conocer a su “hijo elegido” clonado o comprado. Probablemente el placer carnal llegue a ser un mito o una leyenda de un mundo que una vez fue.
En los diccionario de todas las lenguas, la palabra familia; pasara a formar parte de los vocablos en desuso, extinguidos y sin semántica.
Ese es el futuro que nos espera y ese es el mundo que habrá mañana.
La familia siempre ha significado: unión, abrigo, cobijo, fortaleza, linaje, tradición. En ella han nacido, crecido y desarrollado: la palabra, la discusión, la tertulia, los valores. Esos valores que actualmente muchos desconocen y niegan.
La familia ha sido el pilar fundamental de nuestras sociedades, la entereza y existencia misma de los pueblos con nombre y tradiciones. La familia, ha sido la tinta con la que se ha escrito la historia y con la que se firmado y autentificado el significado de la palabra unión.
Sin unión: no hay familia, no hay fortaleza, no existe convicción alguna, para derrotar a lo que nos es adverso.
Quizás muchos al leer este articulo, puedan llegar a decir; que quien lo escribe cae en la exageración y en el pesimismo. Nada mas lejos de la verdad, porque ya estamos comenzando a vivir esa realidad inminente, que ni siquiera podríamos decir que se encuentra a la vuelta de la esquina.
Estamos de cara al fin de las sociedades y de todas aquellas formas y preceptos que la formaron y crearon.
Aun se puede reflexionar, aun se puede, invertir esa desenfrenada carrera hacia el abismo y la nada. Hoy por hoy, quienes aun podemos entender lo que nos pasa, tenemos la obligación de pelear por defender el mundo que vamos a dejarle a nuestros hijos. Tenemos que venderle a los jóvenes, la idea que queremos que compren y tenemos que saberla vender, para que ellos quieran hacerla suya, para que no tengan que arrumbar hacia el árido desierto de la soledad y el individualismo, que hoy se cierne sobre ellos.

miércoles, 22 de mayo de 2013

La Soledad De Los Últimos Años

Una cruda y triste realidad que se vive en todos los rincones del planeta, claro esta; que con las contadas excepciones que exige toda regla.


Cuando los seres humanos alcanzan la edad próxima a los setenta años, el mundo activo que les rodea, comienza a alejarse y extinguirse y en los momentos en donde se requiere mas compañía, mas calor humano y mas atención, es cuando mas lejos se encuentran estos afectos.


Pocos son aquellos hijos o parientes jóvenes, que abrigan el sentido de la reciprocidad, porque aquel anciano o anciana; alguna vez fue joven y dio lo mejor de si para recibir y preparar a los que a lo largo de su existencia fueron llegando a la vida.


Nuestro mundo actual, alberga culturas germinadas y nacidas en el árido y basto desierto del materialismo, en donde la prisa y el mediatismo, son los valores principales. Donde el tiempo casi no se detiene ni pasa, porque no se le da la oportunidad de hacerlo.


Tan a prisa como se vive hoy en día, es como se ha de llegar a mañana, pero en ese mañana; sera cuando el tiempo se detenga y con mucho mas pausa que ahora y si hoy tenemos soledad y descuido en nuestros ancianos, mañana tendremos: desolación, indiferencia, perversidad y deshumanizacion.


Los ancianos del futuro serán tratados mas con desprecio que con indiferencia, porque querremos reflejar en ellos nuestro odio inconsciente, por lo que no hicimos por nosotros mismos. Los culparemos de nuestro fracaso como seres humanos y luego aquella violencia que hoy ejercemos en nuestro mundo y que nos parece terrible; la veremos como monstruosa, digna de espanto.


Pero solo sera el mundo que ahora estamos fabricando, en el que solo interesa: tener, tener, ganar, correr, satisfacer y nada mas.


Si nos detenemos un momento en la vorágine de nuestro día a día, para reflexionar un poco en lo que estamos; quizás podamos frenar un poco nuestro impetu de querer vivir mas de lo que debemos y en tan poco tiempo.


Hay mucho porque vivir y mucho porque sentir, solo hay que quererlo y desearlo para alcanzarlo.