jueves, 27 de septiembre de 2012

Pueblo Sin Ley

Pueblo Sin Ley




Cada mañana el paisaje urbano se pinta de los mismos colores: rojo y verde en una mezcla de furia
mortal y esperanza fugaz. Es común ver, en todas las ciudades del Perú, en unas mas y en otras menos pero con igual preocupación; a miles de ciudadanos aglomerándose en torno de un kiosco de
periódicos, pugnando por hacerse de un espacio, para poder leer gratuitamente las “noticias” las mismas que bien podrían estar catalogadas como masturbaciones virtuales. Una especie de sado-placer socio-patológico y ya casi insertado, dentro del mismísimo meollo del genoma humano, que obliga al individuo a actuar de manera casi compulsiva.

Este ritual suele ser ineludible e impostergable; antes de empezar la jornada del día a día, para aquellos que tienen un día adía; claro esta. Es la pauta que les indica como ha de comportarse su estabilidad emocional en el resto de la jornada. Es la dosis que ingieren los mas; aquellos que son
el grueso de la población, el contrapeso de los menos.

La ciudad hierve en: violencia, caos, hedumbre, poluciòn, corrupción, indolencia, miseria, dolo. Mientras la mentira y el engaño; brotan como sabia viscosa desde las entrañas mismas de la urbe, cual vapor envolvente y asfixiante, capaz de matar cualquier brote atrevido de verdad y firmeza.

La anarquía y el desgobierno, se erigen como una fuerza de ley, como una opción de vida, como un paradigma a seguir de manera siega; tan siega como la injusticia que la protege y la acoge en el regazo de su putrefacto pecho y la amamanta con el veneno de su putrefacción.

Cuando la ley no existe: el respeto, las buenas maneras,la decencia, y la calidad humana; devienen en anacronismos casi mitológicos, subyugados por la anarquía madre putativa de la endémica corrupción, que se erige como símbolo de una sociedad carente y decadente.

Eso es lo que tenemos, eso es lo que nos han dejado, eso es lo que respiramos. Lo peor es que cada día, bebemos un sorbo de esperanza, una esperanza, baga, fugaz y efímera; que viene de oído y no de sentido.
No existe fuerza que preserve el orden y la paz. La policía, es prácticamente inexistente, solo se puede decir que: es un “organización” con fines de lucro, que trafica y comercializa con las necesidades del ciudadano andante, porque el que rodante; puede negociar y salir bien librado sin mucho desperdicio de tiempo.
La “justicia”es la otra institución lucrativa, que resuelve lo bien pagado y envuelve en el lio eterno al despojado y desapadrinado.

En el colmo del cinismo y ante el estupor social; derrepente tenemos que escuchar las alocuciones desatinadas y recurrentes del jefe de turno de la anarquía y gritando a voz en cuello: ¡Vamos a reformar a las fuerzas policiales y a equiparlas, para hacerlas mas eficientes! ¡Vamos a reformar al poder judicial! ¡vamos a...! Que se yo, tanta idiotez incongruente por demás, que hasta causa fatiga recrearla.
Lo cierto es que este discursete, esta escrito en placa de metal para que no se borre con los años y lo puedan repetir a menudo sin temor a equivocarse.
Tengo la edad que tengo, ejerciendo de de ser vivo con una data de mas de medio siglo y ya me aprendí el rollo, porque es el único que he escuchado siempre, pero sin haber visto algún cambio.
En medio de este insano y estéril alud verborreico, me pregunto; ¿Se puede hacer mas eficiente a un cuerpo policial, equipandolo y haciendo reformas insustanciales? ¿El poder judicial, puede dejar de ser lo que es con solo cambiar de jueces? ¿Se puede eliminar la corrupción con discursos?
Somos tan idiotas, que hemos aceptado esto, durante tantas décadas?

Creo que las respuestas a las dos primeras interrogantes; tienen que ser definitivamente negativas y a lo tercero creo que no escapa de un si y bien rotundo.
¿Como podemos revertir este estatus quo!
Primeramente: dejando el “kiosco” luego dejando de respirar la hediondez que produce la polucion política y exigiendo democraticamente un verdadero cambio. Es cuestión de cambiar de postura, de conformidad, de ser indiferente e inconsecuentes. Las voces se alzan, los gritos se escucha, el clamor se cierne de manera constante sobre el silencio de los menos,pero la inercia sigue rigiendo.

Tenemos que optar por una patria con leyes que se cumplan, con respetos que se den, con normas estrictas. Sin caos, sin anarquía, sin violencia.
La sociedad es como la tierra de cultivo: siempre ha de dar los frutos, de acuerdo al abono que reciba y a los nutrientes que que en su esencia tenga.
Un gobierno no puede cambiar a una sociedad, pero el pueblo es el único capaz de cambiar su destino.
¿Queremos paz, respeto, orden, cultura, etc?. ¡Hay que exigirlos!

Mucho grito, mucha violencia y una abstinencia de sabiduría; capaz de acabar con todos los cerebros del planeta.






sábado, 22 de septiembre de 2012

Al Final del Camino

Canadá se jacta de tener un servicio publico de salud, muy eficiente y que se asemeja mucho a la sucursal del cielo, pero la realidad es otra, muy dolorosa y preocupante.
En lo que se refiere a los hospitales; mas se parecen a un taller de mecánica que a un lugar en donde se acoge, atiende y resuelve un problema de salud.


No existe una atención: cálida, personalizada, con rasgos de humanidad, ¡no! nada de eso, todo lo contrario; es el vivo reflejo de la sociedad en que vivimos. Una sociedad metalizada, comercial, individualista, indiferente y carente de sentimientos.
El “paciente” que aquí es denominado el “cliente”es tratado como tal; un cliente que viene por algo y luego tiene que marcharse sin que haya sentido que se le haya tratado como a un ser humano y por si fuera poco: muchas veces sin saber que es lo que lo aqueja.
Tal y cual entra y sale un auto de un taller de mecánica: pasado por mil maquinas de diagnostico, con las piezas cambiadas y con las reparaciones del caso, pero nada mas, porque es simplemente; un pedazo de lata, que debe salir a rodar y a cumplir con la función para lo que fue fabricado.

El “cliente” en la mayoría de los casos recibe un trato despectivo, autoritario y casi irrespetuoso de parte del o la auxiliar que lo atiende y lo mismo de la enfermera, sin ignorar al galeno, que se limita simplemente a dictaminar y dar destino al cliente.

Pero lo mas terrible y preocupante de este asunto es: el MALTRATO que se ejerce contra los ancianos, tanto en los hospitales, centros de alojamiento y casas de retiro.
Resulta muy triste comprobar la indiferencia, inhumanidad y los vejámenes de la que son objeto, aquellos que una vez fueron seres humanos.
Es común ver en los pasillos y habitaciones de estos establecimientos a los ancianos, postrados en un silla de ruedas, en una cama o en una camilla; abandonados horas de horas. Al rayar el alba, se les administra el primer alimento del día, se les administra el medicamento pertinente y lo que toque y luego; quedan abandonados a su suerte. A nadie le interesa que ocurre con ellos el resto del día.
Para aquellos que son impedidos de movilizarse por si solos, es peor aun, porque permanecen todo el día sin ser atendidos, cambiados y aseados. Muchos sufriendo por las heridas que le ocasiona la postración, por los dolores propios de su edad y por el daño mas doloroso del que padecen que es la soledad. Esa soledad que cala en el alma y que podría tener un poco de alivio.
Muchas veces, piden que se les atienda o que se les socorra y son objeto de maltratos y reciben hasta respuestas en tonos despectivos.

Las estadísticas de suicidio en la personas ancianas, muestran un incremento anual, muy preocupante. De mi parte no me atrevo a mencionar cifras, puesto que existen muchas variaciones entre las fuentes dedicadas al estudio de este problema social.

Es muy desolador ver como el gobierno de Canadá, no atina a remediar esta situación, que es por demás nefasta para la imagen del país y mucho mas nefasta, para la sociedad que la vive y la sufre.
Paradojicamente, en aquellos países, llamados subdesarrollados: existen problemas de infraestructura, falta de personal de salud, escaeces de medicinas, presupuestos y mucho mas, pero en cuanto a humanidad, amor por el prójimo y sensibilidad, creo que bien podrían alcanzar el rango de super potencias.

El gobierno canadiense, debería de corregir estas deficiencias; haciendo un viraje en su estructura educacional, otorgándole la prioridad a la preparación del personal de salud, en lo referente a la sensibilidad humana. Hay que dotar de idoneidad al individuo para cada labor que ha de desarrollar dentro de la sociedad.

Al final del camino, el individuo, espera encontrar el descaso, la paz y el estar mas cerca de aquellos que siempre han sido su entorno y sentir la calidez de su presencia.
Contrariamente a esto, en los centros de salud se experimenta la antesala del infierno. Pareciera ser un castigo por haber osado llegar a ser viejo.

No quiero terminar este articulo, sin antes presentar mis respetos y admiración, por: aquellos médicos, enfermeras y auxiliares, que ejercen su profesión de manera intachable y que dan mas de lo que se podría esperar de ellos. Son los menos pero son los mas importantes del sistema.

lunes, 17 de septiembre de 2012

El Misterio De La Casa Matusita



Lima como toda ciudad de larga data, historia y tradición, tiene: sus leyendas, mitos y creencias populares. Tanto es asi que; existe un gran misterio sobre una casa que suscita el interés de mas de un habitante capitalino.
Sucede que en la esquina de la Av. España con la Av. Inca Garcilaso de la Vega; existe una casa que es conocida como: “Casa Matusita” Sin que esto tenga nada que ver con las industrias japonesas Matsushita. Lo que ocurre es que en la planta baja de este inmueble, funcionaba una casa comercial que llevaba como nombre el apellido de sus fundadores; unos inmigrantes japoneses, que decidieron abrir sus puertas a finales de los años cuarentas.

En el segundo piso de este edificio; que por cierto, su antigüedad se remonta a los años 1700, aun que su aspecto no lo parezca. Se encuentra un espacio completamente deshabitado, para ser mas exactos; toda la segunda planta.

Las razones son muchísimas y las historias mas aun. Se dice de todo y se cuenta de todo, cada quien a su libre y regalado antojo. Yo me atreviera a decir que se a convertido en la leyenda comodín, Porque se adapta al capricho del narrador.

El lugar se dice estar maldito, se ha encontrado deshabitado, por muchísimos años, sin que mediara explicación lógica alguna. En la década de los sesenta a los setentas, se llego a decir que: como se encontraba frente a la embajada de Los Estados Unidos de Norteamérica; esta había arrendado el lugar, para que nadie lo habitase puesto que representaba un grave riesgo para su seguridad. Cuento que mas de uno acepto por encontrarlo algo lógico, conociendo de que pie cojean los “norteños”
Pero esta versión también se desmorono, cuando dicha entidad se mudo as u nueva sede. La vivienda seguía deshabitada, cosa que fortaleció las leyendas que le atribuían, rodeadas todas ellas de maldiciones, hechizos, conjuros y cuanto hay.

Ha comienzos de los años ochenta, un conocido animador de la televisión limeña, monto un espectáculo, casi de corte circense. Dijo que iba a entrar en la casa, para permanecer en ella, por espacio de siete días, para demostrar que allí no pasaba nada y que si pasaba; el mostraría los videos y grabaciones de lo que ahí aconteciese.
Al cabo de cuatro días, fue “sacado” del lugar de manera aparatosa y conducido a un hospital, ya que presentaba signos de alteraciones mentales. Se dice que permaneció internado por espacio de “trece” meses y al ser dado de alta: ya no era la misma persona, puesto que su comportamiento no era el de una persona normal.
Lo cierto es que todo fue un montaje. Loco fue siempre y normal no parecía. Debo decir que fue mi vecino por un tiempo y la verdad es que...

Parece ser que aquella historia, que permaneció vigente por muchísimas décadas, se ha ido desvaneciendo con el pasar de los años, puesto que hoy en día es una casona remozada y esta ocupada en sus dos plantas. Al parecer, los “espíritus malignos” se han visto obligados a mudarse a otros barrios, menos ruidosos para lograr su tan ansiada paz eterna.

La razón por la que estuvo deshabitada tantos años aquella casa, obedece a una disputa judicial, entre los hermanos Andrade Fernandez, propietarios de dicho inmueble. Caso muy común, que se repite en la mayoría de inmuebles de la vieja y querida Lima.

Me hubiese gustado haber podido satisfacer mi natural morbo, con un final menos drástico y realista, pero también, me gusta velar por la salud emocional y racional de mis vecinos.