Eras...
El
hombre ha pasado por varias etapas, dese su aparición en el planeta.
Primero como mamífero y luego en sus diferentes estados evolutivos
hasta llegar al Homo Sapiens.
Todas
estas etapas o eras, como mejor se entienda van desde: la edad de
piedra, la de los metales, etc. Dando muestras de una constante
transformación, que incluso lo ha llevado a transformar el mundo en
que vive. Tanto para bien como para mal, porque siempre ha sido
incapaz de desprenderse de su lado obscuro o por lo menos reducirlo a
una mínima expresión, para evitar que este juegue un papel nocivo
en el desarrollo de su hábitat.
De
piedra en piedra, de palo en palo y de metal en metal, hemos llegado
ala era del escándalo y el desbordamiento con salpicaduras de
trastrocamiento.
Ahora,
vivimos inmersos en un escándalo globalizado, en donde no se excluye
a ningún rincón de la tierra, por mas lejano e inhóspito que este
sea.
Facebook,
twitter, son estos hoy en ida; los “patios”universales del recreo
humano. Ahí están gil y mil, ahí arde el mundo, ahí se quema
hasta el mismísimo Satanás, que dicho sea de paso; mas se parece a
la caperucita roja que a si mismo. Allí se ventilan hasta los
calzoncillos de San Pedro. No hay medida ni clemencia, tolerancia, ni
inocencia. El que no peca increpa, pero nadie se calla.
Pero
el problema no esta ahí. No para nada, el asunto esta en la colgada,
porque pobre del que lo cuelguen o la cuelguen, porque lo ponen en la
“pantalla chica”bien sea con el disfraz de Adán, pero sin hoja
parra o el de Eva, sin culebra ni manzana, sin nada de pudor y a todo
color.
Pero
todo eso es casi nada, es tan solo una simple mirada, porque si se
tratara de mi; ¡bueno! No me miraria ni yo mismo al igual que
cualquier de los que están leyendo esta nota.. El asunto esta en:
ver calata a la princesa tal o al príncipe cual. Enterarnos de que
las tetas de la reina son cuadradas o que el rey de no se de donde,
usa inflador para...O que la mujer de algún presidente se excita con
que su guardaespaldas la persiga con una arma de alto calibre, por
los jardines de su residencia, desnudos y al amanecer.
También
podemos estar en satisfacción plena al contemplar: como un volcán
explosiona y mata a una nación entera, viendo como los cuerpos
revientan como palomitas de maíz salpicando la cámara de sangre.
Las
opciones son infinitas, pero lo dantesco, morboso o retorcido, tiene
que ser cada vez mas insuperable para que logre impactar y tenga
cobertura.
¿En
que nos hemos metido? Hemos fabricado un mundo de sensaciones
extremas, en donde la satisfacción tiene que superar ala
imaginación; por mas exigente que esta sea. Ya no es suficiente con
que el perro ladre; ¡no! Tiene que tirar fuego por el hocico, para
que nos llene y satisfaga, de lo contrario: el perro solo sera un
estorbo mas en nuestro camino y un juguete sin gracia.
De la
misma manera actuamos ante las demás situaciones de nuestra vida
diaria. Nada nos satisface, nada nos llena, nada nos calma. Si no
vivimos acelerados; morimos de apatía, nos sentimos claustrofòbicos
encerrados en nuestro propio habitáculo corporal y mental.
Ni
que decir del sexo y el amor, que cada vez se encuentran mas
distantes el uno del otro o mejor dicho: que nada tienen que ver
entre si. ¡Claro! Porque estamos en la etapa del: acá te agarro y
acá te “doy” El romanticismo se ha convertido en una baratija y
en una chafalonìa cursiloide, que solo es profesada y practicada
por los rezagados de la actualidad y por los inadaptados pusilánimes
de la nueva era del escándalo.
Hasta
el orgasmo se ha convertido en espectáculo ya no basta con lo
comúnmente conocido como tal; ahora la cosa va desde una colgada en
los medios sociales, hasta un escándalo de proporciones que incluye
presencia policial en el “telo” de los sucesos, ya que la cosa
tiene visos violación, salpicada de gritos desgarradores mas que
gemidos de excitadores.
¡Si
señor! La era del escándalo, del dinero, la del yo primero, yo
después, yo siempre y el que viene atrás que arree .
En la
política, la cosa se pinta igual. No hay mas que leer las noticias,
escucharlas o verlas y allí están: los mandatarios y mandatarias,
en primer plano y agarraditos de la mano dando la hora, gritando y
vociferando como una lora. De todo un poco como en botica, hacen de:
modelos de pasarela, borrachines de cantina, bufones de cascabel y
serpentina; lo que haga falta para ser populares y si es posible;
llorando a mares, pero populares.
¡Al
gobierno! Que se lo lleve el infierno y el congreso que esta hasta el
perno; al cuerno con el. Aquí lo que importa es estar en primera
plana, aunque sea en la “cana”pero en primera plana. “No
importa lo que venga mañana, pues ya hemos vivido un rato de
emoción” Tal cual reza la canción.
La
era del escándalo, la indiscreción, la insatisfacción. La de la
infracción moral. el atropello legal y la indigencia mental.
Carencia, indolencia y ausencia eso es lo que hay.
Todos
gritan ¡Cambio! Pero nadie cambia, todos hablan de paz, pero nadie
da un paso atrás.
Valga
la aclaración: quien suscribe la presente, no es una monja de
clausura. No, para nada, soy un mortal, tal cual que ama in extremis
el pecado; pero algo solapado, con mucha discreción, pimienta y un
poquito de lisura, como un buen cristiano que cumple a pie juntillas,
aquel rezo popular que dice: “Dios perdona el pecado, pero no el
escándalo”
En
esta era; tenemos al alcance, de todo para una inmejorable calidad de
vida, pero tenemos que saber aplicar lo que el mundo moderno nos
ofrece. El equilibrio es el mejor de los raseros para poder aquilatar
aquello nos ha de beneficiar en el desarrollo; tanto de nuestro
hábitat, como en nuestra calidad de seres humanos. A mas equilibrio,
mas acercamiento a la felicidad y ala plenitud del espíritu.
plumay_data
@hotmail.com
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