Hace unos días, se jugo el partido entre las
selecciones Italia y Uruguay. Correspondiente a la etapa preliminar del
campeonato mundial de fútbol, que se celebra en Brasil.
Como es
normal en cada encuentro, suelen haber: roces , patadas, empujones, palabritas
y palabrotas; muy propias del fragor del juego y de la vehemencia de quienes lo
protagonizan.
En esta oportunidad,
la cosa no paso por un simple recalentamiento
producido por la euforia en el juego. El delantero uruguayo Luis Suárez, en un
ataque súbito de hidrofobia canina; mordió en el hombro al defensa italiano
Giorgio Chiellini.
Por tal
motivo la FIFA
lo castigo con: una suspensión de 9 fechas vistiendo la camiseta de su selección
y cuatro meses en partidos internacionales, mas 110 mil dólares de multa.
Un castigo
ejemplar y severo por practicar una conducta antideportiva, desde todo punto de
vista y sin ningún atenuante.
Todos los
medios de comunicación del mundo, daban cuenta de: lo bueno y lo malo de esta
noticia, pero lo triste, deprimente y preocupante es: el hecho de que al llegar
a su tierra, fuese recibido como un héroe y con muestras de apoyo. ¿Apoyo a que?
A ser un mal
ejemplo para la gente joven a ser un
promotor de la violencia en el deporte o a su nuevo puesto en la selección de
su país: MASCOTA CANINA. Ojala que sean concientes sus amos y lo lleven a cada
encuentro, pero con bozal.
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