Esta
es una expresión lingüística que ya es casi un eslogan, que ha
atravesado las fronteras de muchas de las lenguas occidentales.
Vivimos
inmersos en un mar de actuaciones y representaciones orientadas a
satisfacer y agradar a los demás. También con mucho de imitación y
copia. Cada vez vamos perdiendo mas autenticidad y el valor de lo
propio y lo autentico. Somos mas de allí que de acá. Estamos
dentro del espejo y no fuera de el como debería de ser.
Hay
que...Tener un buen auto, para que los demás, nos miren con otros
ojos; nos consideren y tengan en cuenta. Vestirnos con ropa que tenga
referencia de una marca de prestigio, manejar varias tarjetas de
crédito, vivir a todo dar y gastar a todo meter. Un tren de vida a
todo vapor.
¿El
precio por esto? Angustia, estrés, depresión, insomnio,
insatisfacción, velocidad y baja calidad de vida, una vida hecha en
homenaje al vecino, al de enfrente y no a uno mismo.
Muchos
estarán pensando ¿Y este que piensa, que uno se viste o tiene algo,
por agradar a otro solamente?
Es
muy fácil pensarlo y eludir la realidad. No se cuestiona el hecho de
que cada alguien quiera tener o no tener, lo que dese tener, no; de
ninguna manera. Eso es algo a lo que todos tenemos derecho , pero lo
importante es en si, que valoremos y hagamos las cosas en función a
nuestras necesidades y deseos y no inducidos por el mundo exterior
que nos rodea, asfixia y acosa con sus exigencias.
No
podemos entregar nuestras voluntades al efímero mundo mercantil,
solo por el miedo y el terror al ¿Que dirán? Digan...lo que digan.
Tenemos que tener un mundo y una vida propios, en el que llenemos
nuestras expectativas y nuestros sentimientos, con: nuestros propios
gustos, para construir un entorno mas apacible, mas real, mas
acogedor, en donde podamos desarrollarnos plenamente como seres
humanos y no como entes compulsivos y esclavizados por el poderoso
mundo mercantil.
Llámese
tecnología o mercantilismo; ambos tienen que estar a nuestro
servicio y no a la inversa. Hay que usar lo que tenemos a a la mano y
no dejar que nos utilicen ellos a nosotros.
Dejemos
al de enfrente que tenga lo que quiera o lo que no, que viva y piense
lo que le apetezca y hagamos lo que nosotros realmente queramos y
sintamos. Demos prioridad a nuestras necesidades reales y no a las
inducidas.
Por
ejemplo: cuando compremos un auto, hagamoslo porque nos gusta y nos
llena lo que buscamos en el y no por la publicidad que se hace de el.
Hay
que vivir en un mundo moderno y en donde la vida sea mas simple, pero
no hay que llegar a al extremo de la dependencia, porque ella solo
nos va a acarrear perjuicios que beneficios.
No
hay que perder de vista a la belleza que trae la vida y de la que
somos parte. No anulemos a nuestros impulsos, deseos, gustos y todos
nuestros sentidos. Tenemos que actuar por sentimientos, porque
estamos hechos de eso... De sentidos.
Hola amigo Pluma!, estoy completamente de acuerdo con el post.
ResponderBorrarHay mucha gente marquera, o sea si no es tal marca famosa no compro; me parece que los medios tienen mucho que ver, te muestran la belleza mercantilista modelos delgadas casi anoréxicas y jóvenes con cuerpos de adonis, si no estás en ésos parámetros no pertenecés a la élite de los triunfadores. No importa lo buena persona que seas o la clase social que pertenezcas, si no cumplís ciertos requisitos estás fuera del sistema. Se ha perdido por completo el respeto al que es diferente ya sea por racismo, o tenga cualidades diferentes, a los ancianos los confinan en geriátricos como algo pasado de moda y se los va olvidando como olvidan los principios escenciales de la vida.
Bueno amigo en otra seguimos, tengo que ir a comprarme una Ferrari, ropas de Dior y un Rolex, por supuesto no quiero que me dejen afuera de ésta sociedad tan bella que creamos jaja!
Un fuerte abrazo.
La realidad al desnudo amigo mio.
BorrarSolo quiero pedirte que: si vas a la misma tienda; no compres el Ferrari rojo, porque yo ya lo separe y el Rolex lo quiero para regalarselo a mi chofer.
Espero que no te enfades por esto.
Un abrazo Roberto y gracias por tu visita.
Hola me gusta lo que has escrito, te sigo. Un saludo.
ResponderBorrar¡Hola Lola!
BorrarBienvenida a yu casa y gracias por tu comentario.
Un abrazo
Gracias por tu visita y comentario.
ResponderBorrarComo te dice Roberto, estoy contigo en todo lo que dices.
Yo creo que es cuestion de educación, he criado a dos hijos y siempre le hecho ver que las marcas solo son propaganda y que no se debe una acostumbrar pues solo pagas eso "la marca".
Creo que las personas que quieren aparentar a base de bienes externos, tienen un gran complejo de inferioridad. Hay que hacerse notar con los bienes internos que son los verdaderos.
Un fuerte abrazo y hasta pronto.
¡Hola Teresa!
ResponderBorrarCoincido completamente con tu comentario, solo que discrepo en parte de aquello que dices en referencia al complejo de inferioridad. Yo diria que sufren de una gran pobreza de espiritu y un vacio que necesitan llenar con lo material.
Un abrazo y gracias por venir.